He aquí una razón más por la que una persona podría cruzar el umbral de la santidad y quedar ‘enganchada’ en una relación amorosa con alguien que no es su pareja:
Ausencia de comunicación
Las palabras, gestos y acciones pueden favorecer o entorpecer la intimidad. “Hay que fomentar y sostener una buena comunicación, tanto sobre temas cotidianos de la vida como en el plano sexual. Es decir, hablar, compartir fantasías sexuales y generar el tiempo para las distintas emociones que se ponen de manifiesto en los juegos sexuales. También se debe tratar de buscar nuevos escenarios para la pareja, hacer cosas atrevidas y fuera de la rutina, que no sólo sean sexuales sino divertidas. Eso incrementa la sensación de sentirse a gusto con el otro. Y suma mucho a la relación”, Analía Mitar.
Uno de los pilares fundamentales para un matrimonio que crece en satisfacción sexual es basar la relación en un afecto real y en un aprecio genuino por el otro. El amor nos impulsa a dejar de lado nuestras necesidades y a ofrecernos de forma extraordinaria para satisfacer las necesidades de nuestra pareja.
Cuando un hombre está enamorado comienza a preocuparse tanto por su esposa como por él mismo; experimenta la satisfacción de su pareja como si fuera propia y puede soportar fácilmente cualquier contratiempo para hacerla feliz, porque la felicidad de ella lo hace feliz a él.
La mejor manera de evitar la infidelidad es fortalecer la relación, a la vez que colocas un freno saludable a las otras relaciones. Recuerda, uno nunca está inmune a este tipo de tentaciones. El hecho de estar casado/a no apaga necesariamente el deseo por otras personas, por lo que te recomendamos, si reconoces que estás pasando un tiempo de cercanía emocional con un compañero/a de trabajo u otra persona y tu relación matrimonial es totalmente madura, coméntaselo a tu cónyuge. El compartir tu tentación puede generar mayor intimidad y acercamiento, además de quitarle las armas al enemigo para que te destruya. Sabemos que es un paso difícil, pero piénsalo de esta manera, mucho más difícil será para tu cónyuge sobreponerse al engaño y restituir la confianza en caso que la relación continúe, en vez de ayudarte a superar esta tentación sin condenación y con mucho amor.
Tu mejor opción es sentarte, reflexionar y evaluar las consecuencias desastrosas que podría generar una ‘aventura’; luego, evita el contacto y la intimidad con personas distintas a tu cónyuge. Modifica tu rutina. Redirecciona tu pasión. Tu familia merece el esfuerzo. Las bendiciones futuras a causa de tu obediencia merecen que tu voluntad se aplique a mantenerte en fidelidad. ¡Jamás te arrepentirás de hacer lo correcto!