Construir un matrimonio saludable no es fácil, pero es posible. El secreto es la similitud. Cuanto mayor sea la compatibilidad entre dos personas, mayor el grado de satisfacción. En contraposición, cuanto menos puntos en común tengan, más difícil será la convivencia y más duro tendrán que trabajar para disfrutar de una relación armónica.
Podría ser una tentación iniciar un romance con una persona totalmente diferente a ti. Una frase proverbial reza: “los polos opuestos se atraen”. Si bien esta máxima es verdadera en el mundo de la física no resulta aplicable en el campo de las relaciones interpersonales, mucho menos en la convivencia que implica el matrimonio. El fluir de la relación se basa en la semejanza. Dos personas diferentes como lo es el día de la noche, aun cuando se amen, sufrirán. Todo costará más: hablar, llegar a un acuerdo, decidir cómo gastar el dinero, educar a los hijos, arreglar la casa, etc.
Sería muy sensato que identificaras las áreas en las que difieres significativamente de tu novio/a, luego plantéate si podrías convivir con esa persona. No intentes minimizar las áreas de desacuerdo, tampoco abrigues la esperanza de “cambiarla” con tu cariño. Simplemente di con franqueza si la aceptas o no. El autor del libro El matrimonio: pacto y compromiso, menciona diferentes posibilidades en una relación:
Ejercicio. Toma una hoja y escribe las similitudes con tu novio/a. Cuando uno identifica qué es aquello que lo acerca al otro estará mejor preparado para asumir el desafío de construir algo juntos.
Una vez completado el ejercicio anterior contesta las siguientes preguntas:
Finalmente comparte las apreciaciones con tu novio/a; y hazlo con mucha ternura: “Sean siempre humildes, amables, tengan paciencia, sopórtense con amor… y hagan todo lo posible para mantener la unidad y la paz que les da el Espíritu”, Efesios 4:2-3 (PDT). La forma de abordar temas tan personales y relevantes puede acercarlos o alejarlos. Más vale hablar despacio y por etapas que dar toda la información de una sola vez y acarrearse otro problema.
El meollo de esta actividad se relaciona con permitir que “el otro” nos devuelva una imagen de nosotros mismos ayudándonos a construir un futuro mejor.
Extraído del libro “¡Horror! Desperté con un desconocido en mi cama.