Nº27 // Sí quiero, ¿o no? Parte II

Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de evaluar si la persona que está a nuestro lado es la correcta o no es la compatibilidad. La relación debe tener más similitudes que diferencias.

El secreto para un matrimonio que funciona es la similitud. Cuanto mayor sea la compatibilidad entre dos personas, mayor el grado de satisfacción. En contraposición, cuanto menos aspectos en común tengan, más difícil será la convivencia; en otras palabras, deberán trabajar más para vivir en una relación armónica.
Existen muchas diferencias posibles en una relación. Ella podría ser de mucho hablar y muy sociable, él todo lo contrario, sólo escucha y nunca expresa sentimientos. Él podría ser limpio y ordenado, ella una desorganizada total. Ella podría ser una mujer emprendedora y desafiada con la vida, él un pasivo que dilata las cosas y nunca concreta lo que sueña. A él podría gustarle planificar las cosas de antemano, a ella decidir sobre la marcha. A ella gastar, a él ahorrar. A él mirar televisión, a ella leer.
Está claro que Dios ha creado al matrimonio para que los cónyuges sean uno, pero no iguales. No existe matrimonio sin diferencias; pero esas diferencias no tienen que ser una fatalidad sino que deben enriquecer la relación matrimonial.
Al comienzo de la relación las personas tratan de ocultar sus debilidades, pero el tiempo se encarga de hacerlas públicas. Si has advertido cosas negativas de tu pareja, ¿estás dispuesto/a a convivir con esos ‘defectos’ el resto de tu vida? Muchas personas reconocen demasiado tarde que el matrimonio no soluciona aquello que está mal en el noviazgo. Por regla general, un buen noviazgo desemboca en un buen matrimonio y un mal noviazgo resulta en un matrimonio todavía peor.
De todas las recomendaciones que podemos darte, hay una que es imprescindible: la compatibilidad de carácter. Se refiere a los valores fundamentales de la vida. El libro de Proverbios resalta, vez tras vez, la importancia de un carácter moral sano. Si tú eres íntegro y la otra persona mentirosa y falsa, no habrá comunión duradera. Si eres proactivo, diligente en tu trabajo, pero tu pareja perezosa, surgirán dificultades. Si cumples tu palabra, pero tu pareja rompe el pacto cada vez que tiene ganas, eso te romperá el corazón. No hablamos de distintos puntos de vista en cosas secundarias, hablamos de actitudes centrales que direccionan la vida.
Evalúa si tus valores fundamentales no están en conflicto con los de tu pareja. Eso podría decir mucho acerca de tu relación.