Nº32 // Cuando el amor no es suficiente II

Cuando el amor nace, la llama de la pasión explota; pero esa pasión romántica vivida en los primeros tiempos de la relación necesita ser avivada permanentemente pues tiende a debilitarse con el paso del tiempo.

Sin importar los años, al amor hay que mimarlo, alimentarlo y vigilarlo. Con mucho esfuerzo y dedicación es posible mantener en alto el calor de los sentimientos románticos en el seno de la pareja, pero ante el mínimo descuido la llama puede debilitarse y más tarde apagarse. Sí, el amor puede morir. ¿No lo crees? Mezquina expresiones cariñosas hacia tu cónyuge, boicotea los encuentros íntimos, pasa más tiempo con tus amigos que con tu familia; resalta actitudes negativas en tu pareja cada vez que puedas, traiciona la confianza, evade tus responsabilidades y rompe las promesas. Comprobarás tú mismo que el amor puede morir.

Sin amor no podrás ser fiel, pero sólo con amor no bastará. Ganar la batalla de la integridad sexual implica estar en guardia permanente. ¡Decide ser ferozmente fiel a tu pareja todos los días! Sella la relación matrimonial y no des lugar a alguien más. Llena el tanque emocional de tu cónyuge atendiendo sus necesidades afectivas y sexuales. Admira a tu pareja. Ten el oído siempre atento para el amor de tu vida. No hagas lo que sabes que no debes hacer. Conserva tu distancia con relación a la tentación. No coquetees con relaciones paralelas. No juegues con la infidelidad. En cuestiones del corazón uno no puede dormirse. El diablo anda de rondas y espera agazapado la oportunidad de tomar algún corazón desprevenido y con la guardia baja.

Caer en las redes de un amor prohibido le puede suceder a cualquiera. Pablo dijo: “El que piensa estar firme mire que no caiga”, 1ª Corintios 10:12. La sobreestimación del poder del amor romántico para evitar por sí solo la tentación sexual podría ser fatal. He aquí algunos consejos prácticos:

  1. Acepta que serás tentado, pero no cedas a la tentación. Serás tentado sexualmente alguna vez en tu vida. Acepta ese hecho; es inevitable. Lo que no debes hacer es bajar la guardia o ceder a la tentación, Santiago 1:12.
  2. No te dejes engañar. La inmoralidad es una elección. No es algo que le ocurre a la gente. Es algo que la gente hace que le ocurra. En otras palabras, la inmoralidad no te elige, tú la elijes a ella, o elijes evitarla. Si dependes de Dios cada día y tomas pasos deliberados y progresivos para cultivar la pureza, podrás evitar caer frente a la tentación. Deseamos, proclamamos y oramos a Dios para que triunfes en la batalla de la integridad sexual.