Reglas para un buen esposo

Reglas para un buen esposo

Pese a los cambios sociales, la caballerosidad no ha muerto. Los buenos modales nunca pasan de moda y menos en el matrimonio. La galantería siempre es bien apreciada por una mujer.

A continuación, algunos detalles que te convertirán en un verdadero caballero:

  • Ayuda a tu esposa a ponerse y quitarse el abrigo.
  • Ofrécele tu brazo al entrar y salir de una reunión.
  • Ábrele la puerta y acomódale la silla.
  • Recoge cualquier cosa que se le haya caído.
  • Sedúcela con atenciones.

 

La seducción parece ser una mala palabra para los cristianos, pero no debería ser así. Por supuesto, tiene que darse entre los esposos. “Es un juego sensual y extremadamente erótico, incluso adictivo, tanto para el seductor como para su esposa. También es un proceso psicológico que prepara el necesario clima romántico, despierta los sentidos y casi siempre resulta en un mejor sexo”.18

 

Para incrementar tu poder de seducción, por ejemplo:

  • Envía mensajitos de texto que contengan palabras agradables, resaltando algún aspecto positivo del cuerpo de tu esposa.
  • Toma tiempo para conversar con ella en un ambiente relajado y cómodo.
  • Escúchala con atención, ¡no imaginas lo que puede hacer un oído atento!
  • Cuando estén en algún lugar público tócale suavemente la mano o arréglale el cabello.
  • En privado, dale un masaje de pie. ¡Es altamente estimulador!
  • No te precipites hacia la meta. Ve despacio y concéntrate en el placer de tu esposa; no solo te beneficiarás con ello sino que te recordará como un gran amante.
  • Actúa naturalmente y disfruta de una vida sexual sana y placentera junto a la mujer que Dios te ha dado.

 

Muchos hombres se sienten inseguros. No tienen confianza en sí mismos, posiblemente por algún complejo con relación a su cuerpo: demasiado obeso, muy lampiño, miembro demasiado corto, etc. Sin embargo eso no importa tanto como qué hacer y cómo hacer sentir a tu esposa. Olvídate de ser protagonista y concéntrate en el placer de tu amada.

 

Michael Flocker, en su libro Metrosexual, dice que otra cuestión para recordar es que la mayoría de las relaciones sexuales se benefician si hay un poco de variedad. Cada relación progresa a su ritmo particular; sin embargo, no vendría mal considerar estas sugerencias a la hora de la intimidad:

 

  • Aprende de las respuestas físicas de tu cónyuge, presta atención a sus reacciones. Quizás te sorprendas.
  • Esfuérzate por ser creativo y excitante en la cama. De otro modo, el aburrimiento será eterno.
  • Permanece abierto a descubrir nuevas zonas erógenas de su cuerpo. No hay razón para que su anatomía te cause pánico o te mantenga en guardia. Pregúntale a tu esposa que cosas le gustan y cuáles no.
  • Nunca utilices un vocabulario grosero ni seas abusivo. Eso no agrada a ninguna mujer.
  • No seas brusco con tus caricias y no aprietes demasiado.
  • Las almohadas, sillas y escaleras alfombradas pueden ser un buen condimento para la variedad.
  • Descubre cuáles son las fantasías de tu pareja.
  • Adopta un rol divertido, si los dos están dispuestos a jugar.
  • Si te desvistes, hazlo de modo completo. Algunos impacientes, solo desnudan lo imprescindible y conservan calcetines y hasta polera, nada atractivo y repudiado en encuestas femeninas.
  • Finalmente, no hagas ‘caras raras’ durante el orgasmo. Aunque se desconecte el cerebro, ¡qué no se note!

 

Desafío matrimonial

 

En el dormitorio, generalmente, cosechamos lo que sembramos fuera de él. No seas egoísta. Tu vida sexual incluye una persona a tu lado. Disfrútala, siéntete libre y agradece siempre el hecho de haber encontrado a alguien con quien compartir la diversión, la intimidad, el placer, los triunfos y la vida toda.

 

Extraído del libro “Casados y felices”