La promesa hecha en el altar: “Hasta que la muerte nos separe” no nos hace inmune frente a la tentación sexual, tampoco el amor, los años de matrimonio o las experiencias de vida. Sin amor es muy difícil serle fiel al cónyuge, pero el amor por sí solo no garantiza inmunidad frente a la infidelidad. ¿Por qué las personas creen que al casarse ya no tendrán tentaciones sexuales? ¿Por qué piensan que sus sentimientos amorosos hacia su pareja los detendrán de un amor prohibido?
El amor por sí solo no es una armadura a prueba de encantos. Insistimos, el amor no te hace invulnerable a la infidelidad. Nadie está exento. No existe un antídoto natural contra el germen de la infidelidad. El que dice que tiene un matrimonio inmune a la infidelidad corre demasiados riesgos o sabe demasiado poco. Hay que estar en guardia siempre. Debemos permanecer vigilantes en todo tiempo. El pecado nunca anuncia su llegada en alta voz. Más bien se acerca sutilmente y nos chantajea mediante el engaño, hasta que finalmente, con la guardia baja, dispara contra nosotros sin piedad y cuando menos lo esperamos.
Quien entienda este principio tiene media batalla ganada. Podemos ser tentados en cualquier momento, seamos casados o solteros, tengamos 15 o 65 años. La tentación llega cuando menos la esperamos. La Biblia dice: “Cuando sean tentados”, Santiago 1:13; no dice: “Si son tentados”. Pablo aconseja:“Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano”, 1ª Corintios 10:13 (NVI). No podemos impedir que la tentación llegue a nuestra vida pero podemos no ceder ante ella:“Dichoso el hombre que no cede a hacer lo malo cuando es tentado, porque un día recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman”, Santiago 1:12 (BAD).
Que una persona sea fiel no significa que no nunca le gustará otra persona que no sea su pareja. La fidelidad es una decisión que se toma a cada momento, todos los días. Es producto de la voluntad, no de los sentimientos. En otras palabras, la fidelidad es autocontrol. Cuando sospeches que alguien empieza a ‘moverte el piso’ y que estás a punto de ser flechado por un deseo prohibido, la mejor opción es tomar el consejo de Pablo y alejarte de la tentación, 1ª Corintios 6:18.
Toma la decisión de ser fiel a Dios y a tu pareja un día a la vez. Mantente en guardia y toma el consejo. Que Dios bendiga tu vida y tu intimidad.