1. Considerar a la mujer como una meta a conquistar.
Generalmente, al principio de la relación el hombre suele ver a la mujer como una conquista. Eso lo motiva para trabajar por su atención y su corazón. Pero cuando finalmente la conquista y se casa, traslada su atención al próximo desafío, que siempre tiene que ver con su profesión. Se concentra en el trabajo y deja a la mujer moribunda por falta de atención. En su creencia de que en el trabajo obtendrá su realización personal va sacrificando a la familia, el matrimonio, la propia salud y otras cosas, iguales o más importantes que el trabajo.
Mira la agenda de trabajo; revísala. Seguramente encontrarás que está repleta de actividades legítimas, pero con poco espacio para descansar, disfrutar y mimar a tus seres queridos. Alguien dijo una vez: «Hay velas que alumbran todo, menos su propio candelero». Tu matrimonio y, por ende tu familia, es tu primera responsabilidad. ¡Cuídala!
2. Olvidarse del romanticismo y el galanteo.
Varón, tu mujer necesita sentir que es la única entre todas; pequeños gestos amables fortalecerán el vínculo matrimonial. Por ejemplo, lleva a tu esposa a todas las reuniones sociales que tengas. Cuando te sea posible viaja con ella y, si no puedes llevarla, que tus acompañantes sean varones. No te avergüences de abrazarla en público o tomarla de la mano. Nunca lleves a otra mujer en tu automóvil cuando estés solo, excepto que sea tu madre o tu hermana. Hazla sentir como la única mujer sobre el planeta. Sé sensible a sus necesidades. Elógiala y presta atención a los pequeños detalles.
El galanteo es la razón por la cual muchas mujeres ceden instintivamente al sexo. Saben que es uno de los pocos momentos en los que sienten afecto, cariño y el contacto físico tierno que no encuentran fuera de la cama. “Allí, en el acto mismo del amor, sienten la ternura de sus esposos en plenitud. En ningún otro lugar verás a un hombre en un derroche de cariño tal como en la cama, en el momento del amor. Aunque por desgracia la cosa vuelve a la normalidad cuando el tsunami sexual pasa. El varón que hace un instante enloquecía de amor y aullaba de pasión, vuelve al más lúgubre anonimato afectivo y a la misma expresión aletargada. Vuelve el estreñimiento emocional. Por desgracia, luego de la más deliciosa y tierna intimidad, todo vuelve a la ‘anormalidad'», Walter Rizo. Varón, debes entender que para una mujer la relación no puede subsistir sin afecto. Para ella el sexo es importante, pero sin expresiones claras de amor fuera del dormitorio la relación está incompleta y la intimidad resulta insatisfactoria.
Varón vuelve al romanticismo y cultiva el amor en pareja.
Deseamos y declaramos que tu matrimonio prosperará con la bendición de Dios.