Elegir con quien casarse

Elegir con quien casarse

  • ¿Cómo elegir la pareja?

Después de recibir a Cristo en tu corazón, elegir la persona con quien pasarás el resto de tus días, es una de las decisiones más trascendentales de la vida.

Según los Dres. Minirth y Meier, existen cuatro factores importantes que deberás considerar al buscar pareja:

    

  1. Que esté creciendo espiritualmente. Si ama profundamente a Dios, te amará a ti. Busca a una persona que desee la excelencia y que tenga pasión por Cristo.

    

  1. Que trate a los demás con respeto. Observa su comportamiento. ¿Es cortés y amable con sus padres? ¿Cómo se relaciona con los profesores, las autoridades o su jefe? El trato que tenga hacia los demás es una muestra de la manera en que te tratará a ti.

    

  1. Que haya conquistado su propia vida. Esto se relaciona con el dominio propio. Una persona indisciplinada en la soltería, será indisciplinada en el matrimonio. No esperes cambios extraordinarios.

    

  1. Que muestre actitudes saludables. Si es una persona con una actitud continua de disconformidad y crítica, ¡alerta roja! Si fácilmente discute y todo le cae mal, con el tiempo te criticará por todo y buscará motivos para disentir, porque es el modo en que siempre se ha manejado. Si eliges a una persona iracunda y pendenciera, tu futuro estará plagado de discusiones y dolores de cabeza.1

 

  • ¿Puedo ir probando mandarinas antes de encontrar la media naranja?

Esta pregunta la formuló un joven en un campamento. La idea implica la posibilidad de tener relaciones afectivas amorosas, para probar. Si bien es cierto que en el noviazgo cada una de las personas que componen la pareja debe evaluar si existe futuro o no para esa relación, ésa no debe ser la excusa para tener amoríos sin compromiso. Nunca juegues con los sentimientos de otra persona.

 

  • ¿Cómo puedo evaluar mi noviazgo?

Las respuestas que des a los siguientes interrogantes, te permitirán conocer si tu noviazgo tiene futuro o no:

  • ¿Te motiva a crecer espiritualmente o ha enfriado tu vida espiritual? ¿Te ha llevado a un mayor servicio a Dios o te ha alejado del ministerio? ¿Saca lo mejor de ti o, por el contrario, lo peor de tu persona aflora cuando están juntos?

 

Extraído del libro “De eso aquí se habla”