Carta abierta a los padres

La tarea más importante de los padres es guiar a sus hijos en el camino de Dios.

Deuteronomio 6:5-7 dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”, (NBLH).

 

El evangelio de Lucas relata el nacimiento de Jesús y revela ciertas características acerca de su familia:

 

  1. Los papás de Jesús eran obedientes a Dios, ejemplos de conducta en su diario vivir.

 

Queridos papás: recuerden que los niños aprenden lo que viven en casa. Si viven en un ambiente de crítica y hostilidad, aprenderán a condenar y serán inseguros de sí mismos. En cambio, si viven con tolerancia y estímulo, aprenderán a ser pacientes y confiados. Si viven con aprobación y aceptación, aprenderán a quererse a sí mismos; si viven con reconocimiento, aprenderán a tener un objetivo; si viven compartiendo, aprenderán a ser generosos; y si viven en un ambiente espiritual, aprenderán a amar a Dios. Por favor, esmérense para ser buenos ejemplos, ¡Dios está con ustedes!

 

  1. Los papás de Jesús hablaban constantemente la Palabra de Dios.

 

Inviertan tiempo en el relato de historias bíblicas, finalizando con una moraleja o enseñanza práctica. Un buen momento es antes de dormir. Cautiven el interés, pongan pasión. Los amantes del ocultismo cautivan con la mentira, mientras que nosotros despojamos a la Palabra de la riqueza y del poder de Dios porque no usamos la imaginación.

Comiencen a sembrar semillas para la eternidad. ¡Nadie podrá robarles a sus hijos ese tesoro!

 

  1. Los papás de Jesús hicieron de su casa un verdadero hogar.

 

Ellos estaban atentos a cada directiva de Dios. Mateo 2 nos muestra esta realidad. Como padres no se otorguen permisos para decir cualquier cosa que se les cruce por la mente. Recuerden que lo que siembren, cosecharán.

Bendigan y estimulen a cada uno de sus hijos, para que lo mejor de cada uno de ellos aflore en la familia. Aunque resulte un hábito difícil de adquirir, ¡los resultados serán extraordinarios!

 

  1. Los papás de Jesús velaban por el futuro de la familia.

 

Pregúntense: ¿Qué aprenden mis hijos en casa y en la escuela? ¿Qué consumen por internet? ¿Qué miran en la televisión? El Dr. Rosenwasser evaluó tres programas de televisión y encontró que las percepciones de la realidad de los niños se basaban en los programas que miraban. Los medios de comunicación animan a la imitación. Deseamos que sus hijos adoren a Dios, no a la televisión; por lo tanto, su responsabilidad es filtrar todo lo que llega hasta ellos.

 

La Biblia asegura que si somos obedientes, nuestros hijos serán bendecidos. Tenemos la oportunidad de vivir conforme a la Palabra para que nuestros hijos gocen del favor de Dios. Cada uno de nosotros, como padres, podemos hacer que nuestros hijos sean verdaderos campeones de la vida y de la fe. ¡Bien vale este esfuerzo!

 

Extraído del libro “Educación sexual para niños”