“Amados hermanos en Cristo… les escribo para pedirles que luchen y defiendan la enseñanza que Dios ha dado para siempre a su pueblo elegido… luchen tenazmente por la fe”, Judas 1:3 (BLS) (TNM).
La conducta moral relajada de un gran número creyentes era la mayor preocupación del apóstol Judas. Habían aceptado las doctrinas subversivas de algunos líderes que promovían la inmoralidad diciendo que se podía vivir como uno quisiera sin temor al castigo de Dios: “Algunas personas… se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral…”, Judas 1:4 (NTV).
¡Cuidado con tomar a la ligera la santidad de Dios! Pablo fue enfático cuando dijo: “¿Deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa? ¡Por supuesto que no!… Nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida… Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a… la vida eterna por medio de Cristo Jesús”, Romanos 6:1-23 (NTV).
Judas les recuerda a sus lectores qué es lo que les sucede a quienes deciden ser esclavos del pecado: “No se olviden de Sodoma y Gomorra… las cuales estaban llenas de inmoralidad y de toda clase de perversión sexual. Esas ciudades fueron destruidas… y sirven como advertencia del fuego eterno del juicio de Dios”, Judas 1:7 (NTV). Vivir bajo la gracia no nos da permiso para llevar vidas inmorales. Pablo, al igual que el apóstol Judas, fue muy claro al decir que el pecado no juzgado tiene castigo: “Aléjense de todo pecado sexual… porque el Señor toma venganza de todos esos pecados… ”, 1ª Tesalonicenses 4:3-6 (NTV).
La Biblia expresa que la inmoralidad es un gran pecado. Refiriéndose al pecado sexual de Sodoma y Gomorra Dios dijo: “… Su pecado es en verdad muy grande”, Génesis 18:20 (BLA). Cuando la esposa de Potifar sedujo a José a cometer infidelidad éste se negó diciendo: “… Sería un gran pecado contra Dios”, Génesis 39:9 (NTV). ¿Y qué dices de los hijos de Elí quienes se acostaban con las mujeres que servían en el tabernáculo? La Biblia dice que “el pecado de los jóvenes era muy grande delante de Jehová…”, 1º Samuel 2:17 (RVA).
Al igual que en aquella época hoy en día hay quienes promueven la inmoralidad. Los maestros o directivos de escuelas cristianas que, por conveniencia o por temor, han aceptado que en sus colegios se enseñe educación sexual con ideología de género deshonran a Dios. Nos guste o no, somos como dice Jeremías, “hombres de contienda”, Jeremías 15:10. Estamos llamados a defender tenazmente las enseñanzas que Dios nos ha confiado en su Palabra. Pablo reafirmó esta posición cuando dijo: “Compórtense de una manera digna… de Cristo… luchando unánimes por la fe del evangelio”, Filipenses 1:27 (NVI).
Aquellos que por temor a las feministas o a los grupos minoritarios radicales callan y esconden la verdad en lugar de defenderla cooperan con los propósitos del infierno y no les irá bien: “Mi pueblo… se rehúsa a defender la verdad; sólo van de mal en peor…”, Jeremías 9:3 (NTV). No tengamos miedo. Pablo dijo: “No se dejen intimidar por sus enemigos de ninguna manera…”, Filipenses 1:28 (NTV). Isaías afirmó: “¿Por qué le temes a simples seres humanos que se marchitan como la hierba y desaparecen?”, Isaías 51:12 (NTV).
Jesús expresó: “No tengan miedo de la gente que puede destruir el cuerpo, pero no la vida que está en ustedes. Más bien, teman a Dios, que tiene el poder de destruirlos totalmente en el infierno”, Mateo 10:28 (BLS). Levantemos la voz en cuello y digamos: “El Señor es el que me ayuda; no temo lo que me pueda hacer el hombre”, Hebreos 13:6 (NT BAD). Esta malvada potestad espiritual llamada ideología de género se aprovecha de personas en el poder para promover el pecado.
Desobedecer a Dios es malo, pero arrastrar a otros a desobedecer es mucho peor: “Muchas cosas en el mundo hacen que la gente desobedezca a Dios… Pero, ¡qué mal le irá a quien haga que otro desobedezca a Dios!”, Lucas 17:1 (BLS). Pablo denuncia a los dirigentes políticos que insisten en darle la espalda a Dios y hacer que toda la nación haga lo mismo: “No quieren entrar en razón… Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan”, Romanos 1:31-32 (NTV).
La Biblia registra muchos casos de personas que indujeron a que otros pecaran, entre ellos los hijos de Elí (1º Samuel 2:24) y los sacerdotes de Israel: “Ustedes, sacerdotes, han abandonado los caminos de Dios. Sus instrucciones hicieron que muchos cayeran en pecado…”, Malaquías 2:8 (NTV). Balaam fue otro líder desobediente que arrastró a toda una nación a pecar: “Balaam… enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a… cometer inmoralidades sexuales”, Apocalipsis 2:14 (NVI).
¡Los gobiernos que promueven la ideología de género patrocinan los intereses del infierno y atraen el juicio de Dios sobre toda la nación! “Jeroboam hizo que los israelitas cometieran muchos pecados. Lo que enojó muchísimo al Señor…”, 1ª Reyes 15:30 (PDT). “Baasa… me tiene muy enojado que te has comportado igual que Jeroboam y has hecho pecar a Israel. Por eso voy a destruirte…”, 1ª Reyes 16:1-3 (TLA). “Omrí… cometió los mismos pecados que Jeroboam, pues también hizo pecar a Israel… y eso hizo enojar a Dios”, 1ª Reyes 16:25-26 (TLA). “Joacaz… cometió los mismos pecados que Jeroboam, quien hizo que los israelitas pecaran… Por eso Dios se enojó…”, 2ª Reyes 13:2-3 (TLA). “Ocozías…obró igual que su papá Acab, que su mamá Jezabel, y que Jeroboam… Todos estos líderes llevaron a los israelitas a pecar cada vez más… haciendo con esto que el Dios de Israel se enojara”, 1ª Reyes 22:51-52 (PDT) y 53 (TLA).
Nuestros dirigentes políticos olvidan que si hoy son gobierno es porque Dios lo ha permitido, Romanos 13:1. Lo menos que deberían hacer es respetarlo. Pero no lo están haciendo. Tienen una actitud beligerante. Desafían la autoridad superior promoviendo leyes que destruyen los diseños de Dios para la familia. No solo eso sino que están empeñados en arrastrar a los niños a vivir lejos de Dios adoctrinándolos para la inmoralidad. Deberían saber que Dios es muy severo con quienes promueven el pecado: “Si alguien hace que uno de estos pequeños… desobedezca a Dios, recibirá un castigo peor que si le amarraran al cuello una piedra enorme y lo tiraran al fondo del mar”, Lucas 17:2 (BLS).
Al igual que Lot nuestra alma se aflige al ver la vergonzosa inmoralidad que crece, y además se enseña, 2ª Pedro 2:7. Mantenernos al margen del macabro plan de destrucción familiar que promueve el gobierno es deshonrar a Dios y los cristianos no seremos cómplices. Obedeceremos al Señor y lucharemos vigorosamente por nuestra fe.
No podemos tolerar que se despoje a los padres de la patria potestad en la educción moral de sus hijos. Si los diplomáticos de la cancillería argentina quieren celebrar la diversidad bailando el tango con tacos, polleras y los labios pintados que lo hagan, pero que no promuevan el cambio de identidad sexual en los jardines de infantes pintando a los niños de niñas y jugando a ser bisexuales. Basta ya de negar la biología y la naturaleza. Dejemos que los niños sean niños y que las niñas sean niñas.
La ESI (Educación Sexual integral) no puede ser un instrumento estatizante de la sexualidad para moralizar a los niños en ideología de género. No aceptamos el adoctrinamiento moral en ideología de género como hace el manual de Derechos Sexuales y Reproductivos del ministerio de educación de la nación que dice: “una sociedad inclusiva tiene como finalidad desaprender el modelo binario”.
¡Qué contradicción! La escuela ya no existe para ayudar a los niños a aprender sino a ‘desaprender’ el concepto biológico de hombre y de mujer. El manual Orgullosamente Diferente de la UEPC en Córdoba dice: “Tenemos que superar el “debemos tolerar” lo diferente y valorar positivamente la multiplicidad de formas en que las personas nos manifestamos, actuamos, pensamos y amamos. Desnaturalizar lo que por natural tenemos instituido…”. En su manual de trabajo propone: “promover la deconstrucción de conceptos y prejuicios establecidos culturalmente a partir del sistema heteronormativo”. En otras palabras, la finalidad de la ESI es adoctrinar a los niños para combatir y deconstruir o destruir la heterosexualidad.
No podemos permitir que se despoje a la familia de los propios idearios o valores morales. No podemos permitir que nos roben la libertad de expresión y de culto. Si quienes dirigen los destinos de nuestro país se autoperciben delfines y quieren vivir sus vidas como delfines que lo hagan, pero que no arrastren a la nación a creer que todos debemos ser delfines. Con todo el respeto que nos merece la investidura presidencial: ¡terminemos con esta imposición! ¡Terminemos con el modelo totalitario de adoctrinamiento moral anti Dios!
Te recomendamos ver la predicación de este artículo en el siguiente link:
https://www.youtube.com/watch?v=XTm1ChC9s4c&t=5
Extraído del libro “Ideología de género”